263. El ladrón de manzanas

Un joven está robando manzanas en un campo. En un momento dado aparece el propietario acompañado de su mujer y su hijo. Ve al ladrón y le dice que le deja coger manzanas, con la siguiente condición: de las manzanas que coja, deberá dar la mitad más media manzana a su mujer, de las que queden, la mitad más media a su hijo y finalmente, la mitad más media manzana a él, su propietario. Después de todo esto, al ladrón le queda una manzana, y no se ha comido ninguna otra manzana. ¿Cuántas manzanas tiene que coger?

260. El ojo amoratado

Una noche de verano, Rita Rica, el detective Guardarropa, el famoso ladrón Staff Ador y la exhuberante Andresita Piñata estaban en la entrada de un hotel en Reponítica. De repente todo quedó a oscuras. Al cabo de unos segundos, se oyó el ruido de un beso y el de una bofetada. Cuando volvió la luz, la señora Rita sonrió pensando que Piñata había dado un tortazo a Staff, pues tenía un ojo morado. Andresita pensaba que Ador se había confundido y había besado a Rita. Staff pensó que Guardarropa había besado a Andresita y que ésta le había dado accidentalmente a él. Sólo el detective sabía lo que había ocurrido en realidad. ¿Puedes deducirlo?

259. El monje sabio

Ya vuelvo a ir poco al día con los acertijos… espero no sufrir muchos retrasos este mes, pero estando de exámenes no puedo asegurar gran cosa… ¡Buena suerte!

Un monje árabe que estaba a punto de morir reunió a sus aprendices alrededor de su lecho de muerte y les dija que les iba a dejar sus camellos en herencia. Al mayor le dejaba la mitad del rebaño, al segundo un tercio y al más joven una novena parte. Al morir el anciano, los tres jóvenes fueron al corral y vieron con consternación que había 17 camellos. Como no querían vender ni matar a ninguno de ellos, no sabían cómo dividir el rebaño según los deseos de su maestro. Afortunadamente, un pastor llegó hasta allí con su propio camello y oyó como se lamentaban. Después de pensárselo durante unos momentos, encontró la manera de repartir los animales según lo indicado. ¿Cuál es esta solución?

258. El robo de la autoridad

Guardarropa leyó las declaraciones de Mentiro Sillo y Staff Ador. Mentiro contó que, al llevar la paga de los trabajadores de la mina, se pararon en un semáforo y un coche de la policía se detuvo ante ellos. Bajó un agente de uniforme, con gafas oscuras y una pistola en la mano, y les robó el dinero. Staff contó prácticamente lo mismo y estaba sorprendido porque nunca hubiera imaginado que un policía iba a robarles. Al describir al policía, Ador  añadió que medía 1,75 m más o menos, que debía pesar unos 80 kilos, que tenía los ojos azules y que era rubio. «Quiero interrogar personalmente a Staff», dijo el detective. ¿Por qué?

256. Excusas cantantes

«¡Por fin os encuentro!» dijo sonriente Andresita Piñata, mirando al detective Guardarropa y a Acérrimo Terco, conocidísimo tenor. «Espero contar con vosotros en la fiesta de esta noche», continuó, dirigiéndose a Acérrimo. «Lo siento en el alma», contestó éste, «pero esta noche tengo una actuación en la Ópera». La respuesta de Piñata no se hizo esperar: «¡Pues mañana organizaré otra fiesta en tu honor!» Terco le dijo: «Me sabe muy mal, pero canto también mañana y, al día siguiente, en Londres. Descansaré unos días y después iniciaré una gira por el mundo que durará varios meses». Se despidieron y siguieron paseando. «Espero que no se haya dado cuenta de que estaba poniendo excusas», le dijo Acérrimo a Guardarropa. ¿Cuál era el engaño?

255. Robo en casa

Staff Ador estaba en su casa cuando, según dijo al detective Guardarropa, alguien llamó a su puerta. «En aquel momento fui a abrir la entrada para ver quien era. Recuerdo perfectamente el momento, pues dejé el punto de libro entre las páginas 129 y 130, molesto por tener que perder el hilo de tan interesante lectura. En cuanto abrí la puerta no vi a nadie pero escuché un ruido al otro lado de mi casa. Cuando llegué a la habitación donde me pareció que había oido algo no había ya nadie, pero dos de los cajones del mueble estaban abiertos y habían robado los documentos que había dentro». «Hay algo en su historia que le delata», le replicó el detective. ¿De qué se trata?

251. Coches usados

Mentiro Sillo es, además de otras muchas cosas, vendedor de coches usados. Vendió la mitad de sus coches y un más al primer cliente del día. Al segundo cliente le vendió la mitad de los que quedaban y otro coche más. Al tercer cliente le vendió también la mitad de los que quedaban más otro. E hizo lo mismo con el cuarto cliente. Mentiro se convirtió, así, en un satisfecho vendedor que había vendido todos sus coches. ¿Cuántos tenía antes de empezar esa impresionante jornada?

Cada día, una nueva pregunta… La respuestas, las pones tú…