Archivo de la etiqueta: Acérrimo Terco

288. Abrillantadores a 2 por 1

Acérrimo Terco era un vendedor a domicilio que ofrecía un extraordinario abrillantador para la carrocería de los automóviles. Acérrimo vendía cada bote a 1,90 euros y el lote de dos a 3,30 euros. Decía siempre que ganaba lo mismo si vendía un bote que si vendía dos y que, si ofrecía dos, era porque tenía prisa por volver a su casa. Si tomamos las palabras de Acérrimo como cieras, ¿a cuánto compra él los botes de abrillantador?

286. La partida de póquer

La tensió en la partida de póquer que jugaban Staff Ador, Mentiro Sillo, Ridí Culo y Rudy Mentario aumentaba por momentos. De pronto Staff Ador se abalanzó sobre Ridí Culo y comenzó a golpearle. Mentiro Sillo se levantó y consiguió apartar a Staff de su víctima. Sobre la mesa había cinco manos y cada una de ellas tenía tres cartas a la vista. Una de las manos tenía un rey, una reina y un as. En la siguiente había dos ases y un rey y, en la tercera, tres sotas. La cuarta mano tenía dos reinas y otro as y el jugador que tenía la última había cogido dos reyes y un as. Ridí había repartido el último y Staff le acusaba de hace trampas. ¿Por qué?

273. El trayecto del taxista

Acérrimo Terco cogió un taxi y, en cuanto comenzó el trayecto, empezó a hablarle al conductor, Ridí Culo. Éste intuyó que Acérrimo le iba a dar la lata durante todo el viaje, así que recurrió a un viejo truco que usan los taxistas en estos casos. Miró por el retrovisor y le dijo: «Lo lamento, señor, pero soy muy duro de oido y tengo el audífono estropeado. Lo siento mucho pero no entiendo nada de lo que me está diciendo». Al llegar a su destino Acérrimo pagó la carrera y continuó con sus asuntos, pero al cabo de un buen rato se dio cuenta de que Culo le había tomado el pelo. ¿En qué lo notó?

256. Excusas cantantes

«¡Por fin os encuentro!» dijo sonriente Andresita Piñata, mirando al detective Guardarropa y a Acérrimo Terco, conocidísimo tenor. «Espero contar con vosotros en la fiesta de esta noche», continuó, dirigiéndose a Acérrimo. «Lo siento en el alma», contestó éste, «pero esta noche tengo una actuación en la Ópera». La respuesta de Piñata no se hizo esperar: «¡Pues mañana organizaré otra fiesta en tu honor!» Terco le dijo: «Me sabe muy mal, pero canto también mañana y, al día siguiente, en Londres. Descansaré unos días y después iniciaré una gira por el mundo que durará varios meses». Se despidieron y siguieron paseando. «Espero que no se haya dado cuenta de que estaba poniendo excusas», le dijo Acérrimo a Guardarropa. ¿Cuál era el engaño?

248. Leyendo de noche

Acérrimo Terco tiene la habilidad de hacer dos cosas al mismo tiempo: mantener, por ejemplo, una conversación y escuchar la radio. Una noche, Acérrimo estaba viendo un culebrón en la tele y terminando de leer un libro, cuando se fue la luz. Su mujer decidió irse a la cama, pero Acérrimo, aunque la sala estaba totalmente a oscuras, siguió leyendo hasta terminar el capítulo. ¿Cómo pudo conseguirlo?

224. Asesinato en la redacción

Disculpas generales por mis continuados retrasos. Mantener al día este blog no es facil y me supone muchas horas. En general, dedico algún rato a programar varias entradas por si algún día no puedo escribir, pero últimamente me falta tiempo para muchas cosas y, entre ellas, seguir escribiendo con regularidad.

Me gustaría poder seguir escribiendo a buen ritmo y sin retrasos, pero por ahora me es dificil asegurar algo. En cuanto a los comentarios sobre vuestras respuestas, tampoco tengo mucho tiempo de mirármelo cada día y poder responder o comentar vuestras soluciones, aunque a veces, cuando me pongo, hago borrón y cuenta nueva con las que hay pendientes.

Espero poder seguir al día y ofreciendoos este pequeño espacio de entretenimiento. ¡Muchas gracias por la paciencia y los ánimos!

Cuando Acérrimo Terco, el director de la prestigiosa revista Tecnociencia, volvió de comer, se encontró con el detective Guardarropa. «Se ha encontrado estrangulada en el aparcamiento a la Srta. Piñata, su redactora-jefe. Le han robado el bolso y todo lo que llevaba de valor», dijo Acérrimo. En ese momento, el detective vio un mensaje que Andresita había dejado en el ordenador de Terco: «Acerrimo, perdona el retraso. Ya se qe la reunion es a las tres, pero e tenido que ir un momento al coche a buscar una cosa. Piñata». Después de leer la nota, Guardarropa dijo: «Aquí hay algo que no me gusta». ¿Qué le ha parecido extraño al detective?

222. Los viajes de Acérrimo

Acérrimo Terco explicó que, durante su último safari en África, para dar caza a un león muy feroz, tropezó con tan mala fortuna que se rompió un pie. En lugar de abandonar, continuó hasta conseguir matar a su presa. Contó después que, mientras estaba en el Polo Norte, en pleno invierno, cogió un resfriado terrible, pero que siguió persiguiendo a un oso polar hasta darle caza. Terminó de describir sus hazañas, explicando cómo, mientras recorría la costa de Florida en un pequeño bote, mató a un tiburón, a pesar de que se había lastimado un brazo. Aunque todas las historias de Acérrimo son difíciles de creer, ¿en qué punto se sabe que miente?

200. Cruzando trenes

¡Estamos de celebración!

Acertijos.org llega a los 200 acertijos ininterrumpidos (en realidad llevamos 202, pero bueno… jejeje)

Como novedad para hoy os informo que a partir de este acertijo se pone en marcha el nuevo sistema de ranking de jugadores, así que ¡espero ver muchas respuestas buenas y originales!

¡Suerte con el de hoy!

Acérrimo Terco tomó el tren de Barcelona a Madrid cuatro minutos después de la hora. Desde la ventanilla le preguntó al revisor: «¿Cuánto tardaremos en llegar?». «Todos los trenes tardan 5 horas», le contestó. «¿Y con cuántos trenes nos cruzaremos?», le volvió a preguntar. «Sale un tren de Madrid a la hora y cinco, cada hora», le informó. ¿Cuántos trenes, pues, se cruzarían con el de Acérrimo?

159. Reencuentro en Reponítica

Acérrimo Terco había vuelto a su pueblo natal y, mientras paseaba por la Calle Mayor, se encontró con una vieja amistad. «Hola Acérrimo, ¿cómo te va la vida? ¡Hacía casi 15 años que no nos veíamos!» «Por lo menos», dijo Terco, «no puedo quedarme, ¿y tú? ¿qué ha sido de tu vida?». «Pues muy bien, me he casado con alguien que llegó al pueblo después de irte tú. Mira, ésta es mi hija». Acérrimo miró a la niña y le preguntó cómo se llamaba. «Como mi mamá», dijo la pequeña. «Entonces te llamas Susana», le respondió. ¿Cómo lo supo?