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237. Sin mojarse…

Dos automóviles se detuvieron a la entrada del recinto. Se apearon siete hombres y comenzaron a andar por la avenida. De pronto comenzó a llover con intensidad. Seis de los hombres aceleraron su marcha para mojarse lo menos posible; el séptimo, sin embargo, no pudo imitarles. Irónicamente fue éste el que llegó seco a su destino, mientras los otros seis quedaron empapados. ¿Cómo es posible, si los siete hombres llegaron juntos al lugar al que se dirigían?

229. El sabio de la colina

Un hombre muy sabio vivía en la cima de una colina, cerca de una pequeña ciudad. La gente le visitaba para resolver sus problemas y encontrar soluciones a los pequeños misterios cotidianos. Un día, dos muchachos decidieron burlarse de él. Cogieron una paloma y subieron a la colina. Una vez ante el sabio, uno de ellos le dijo: «Dinos, hombre sabio, si la paloma que tengo detrás de mi está viva o muerta». El hombre sonrió y les dijo: «Sé que tratáis de engañarme, así que no puedo responder a vuestra pregunta». Aunque el hombre hubiese sabido la respuesta, ¿por qué no quiso decirla?

213. Los pretendientes de la Princesa

Dos de los jinetes más rápidos del reino querían casarse con la Princesa, pero al Rey no le gustaba ninguno de los dos pretendientes. Sin embargo, como quería parecer honrado y justo ante sus súbditos, decretó que su hija se casaría con el vencedor de una carrera de caballos. El afortunado sería aquél cuyo caballo llegase en segundo lugar. El Rey estaba seguro de que la carrera nunca se celebraría, puesto que ninguno de los dos jinetes querría ganar en estas condiciones. Pero la Princesa hizo una sugerencia que aseguraba una competición limpia y también su boda. ¿Qué propuso?

205. El náufrago suicida

Hoy un acertijo que nos hace llegar Agus72. Os animo a todos a aportar vuestras ideas para crear un espacio común entre todos los que disfrutamos con los acertijos 🙂

De paso os informo de que me tomo unos días de descanso vacacional, así que no podré contestar vuestras respuestas hasta el lunes. Aún así dejo programados los próximos acertijos para que cada día tengáis vuestra ración diaria de juego mental 🙂 ¡Buena suerte!

Martín y su amigo Martínez llegaron a la Isla Mayor de un naufragio en el que estaban ellos y el hijo del primero, el cual se ahogó y no regresó. Fueron a comer a un restaurante donde ambos pidieron la especialidad de la casa, albatros. Después de comerlo, Martín se fue corriendo y se suicidó. ¿Por qué?

192. Envenenado con cianuro

«Es extrañó», pensó Guardarropa. La autopsia reveló que don Din murió envenenado con cianuro. Encontraron su cuerpo cerca de la barbacoa, todavía caliente. La autopsia también reveló que acababa de comerse dos bocadillos, una bolsa de patatas fritas y unas cerezas. Al registrar los alrededores, la policía encontró una nota de suicidio, la pluma usada por el doctor para escribirla, una caja de cerillas, una moneda, una bolsa de patatas fritas vacía y un papel con el que se habían envuelto los bocadillos. Como no se encontró nada más, el detective estaba seguro de que el cadáver había sido llevado hasta la escena del supuesto suicidio. ¿Por qué?

191. Un suicidio sospechoso

Encontraron muerto a Mercro Mino en su biblioteca. Tenía la cabeza apoyada sobre su grabadora de cintas y, desde la puerta, el detective Guardarropa vio que tenía la pistola en la mano derecha y un agujero de bala en la sien del mismo lado. El inspector cogió la grabadora y apretó el «play», escuchando entonces una voz: «Soy Mercro Mino. Estoy harto de todo. Ya no aguanto más. Nos veremos en el más allá». Después sonó un disparo y el ruido de su cabeza golpeó el cassette; luego, el clic que indicaba el fin de la grabación. Guardarropa estaba seguro de que alguien había imitado la voz de Mercro para simular un suicidio. ¿Por qué pensaba que se trataba de un asesinato?

187. La casa de Sillo

«¡No quiero esta chabola ni regalada!», decía Staff Ador. «Pues se trata de una gana», le contestó Mentiro Sillo, «con lo ahorrador y desconfiado que era su anterior propietario, seguro que en la casa hay más de un tesoro escondido». «Ni hablar, venga, vámonos», le contestó Ador. «Antes de irnos, quiero que veas la escalera escondida que he descubrí hace un rato», dijo Mentiro, mientras abría una trampilla. Y, al ver que algo brillaba en la oscuridad exclamó: «¡Mira, mira! !Una cubertería de plata! Me parece que voy a comprar la casa yo mismo». Staff le respondió: «Ni hablar. Si me has ofrecido la compra, debes mantener tu palabra». ¿Crees que Sillo está engañando a Ador? ¿O al revés? ¿Por qué?