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53. El espía de la Resistencia

En 1943, Dietrich Köller, miembro de la Resistencia francesa y de orígen alemán, se infiltró entre las patrullas que vigilaban la costa y llegó hasta el puesto de mando de la Resistencia. «Tengo importantes documentos que me ha facilitado el alto mando aliado», dijo. Empezó entonces a mostrar mapas y listas de objetivos militares. Entre los documentos, figuraba una copia del discurso del rey Jorge V en la Casa de los Comunes. «Estuve allí y vi con mis propios ojos cómo el Rey leía este discurso», añadió. Cuando iba a revelar los nombres de los agentes alemanes infiltrados en la Resistencia, el comandante sacó su pistola y le disparó. «Era un traidor», dijo. ¿Cómo lo supo?

49. La cerilla de papel

Staff Ador arrancó una cerilla de una carterita de propaganda del bar donde estaba y la lanzó al aire; anotó que había caido plana, marcando una rayita en una papel. Después, siguió lanzando la misma cerilla al aire y anotando que seguía cayendo totalmente plana. Rudy Mentario, que lo observaba, no pudo resistir la curiosidad y le preguntó qué estaba haciendo. Staff  le constestó que hacía una estadística de las veces que la cerilla cae plana. «Claro que cae plana, amigo; siempre lo hace», le contestó Rudy. Staff miró a su amigo y le apostó 50 euros a que conseguía que cayera de lado. ¿Crees que se trata de una apuesta que Rudy pueda ganar?

47. La riqueza de Abdulá

«Abdulá es un árabe muy rico», dijo Alí Buba. «Tiene más de 100 camellos». «Sé de muy buena fuente que no tiene más de 90», le contestó Mustafá. Charif se unió al grupo y sentenció: «Podéis estar seguro de que tiene, como mínimo, un camello». Teniendo en cuenta que sólo una de estas afirmaciones puede ser cierta, ¿cuántos camellos tiene Abdulá?

A ver cuánto debate da esta 😉

46. El billete falso

Don Tanto Porciento, director de una compañía financiera, se encontró un billete de 200 euros en la calle. Como de costumbre, anotó el número de serie antes de dárselo a su mujer. Ésta pagó con él sus compras en el supermercado. El director del supermercado se lo dio al carnicero para liquidar una factura pendiente. El carnicero se fue a ver al ganadero y, con ese bilete, compró un carnero. Y el ganadero pagó con el mismo billete su deuda con la compañía financiera. El señor Tanto Porciento, al examinar otra vez el famoso billete, se dio cuenta de que era falso. ¿Qué transacciones hechas con ese billete eran válidas y cuáles no?

45. El apartamento de Andresita

Andresita Piñata volvió a su apartamento y vio que alguien había entrado y lo había destrozado todo. Los cuadros estaban rotos, las cartas personales hechas trizas, los muebles volcados, había grafitis en las paredes y su ropa estaba manchada y rasgada. Andresita dijo al detective Guardarropa que creía que Staff Ador, su antiguo novio, tenía probablemente algo que ver en todo ello. Cuando el detective le interrogó, Staff afirmó no saber nada, pero añadió que haría cualquier cosa por descubrir a un salvaje que escribía obscenidades en las paredes. Después de hablar un poco más con él, el detective le acusó de haber entrado en el piso de Andresita. ¿Qué le hizo suponer que era culpable?

44. El nuevo trabajo de Staff Ador

Una nueva aventura de Staff Ador…

Staff Ador encontró trabajo en una gran compañía constructora que admitía a ex-convictos entre su personal. Los guardias de seguridad le vigilaban de cerca, ya que no se fiaban de su rehabilitación. Cada tarde, Staff salía del trabajo empujando una carretilla, cargada de trozos de madera, cables inservibles y ladrillos rotos, en resúmen, material de deshecho de la empresa. Los vigilantes registraban la carga a fondo pero nunca llegaron a encontrar nada de valor. ¿Qué estaba robando Staff Ador?

43. Lleno, por favor

El detective Guardarropa condujo hasta la gasolinera y se detuvo ante los surtidores. «Lleno, por favor», pidió el detective. «Le parecerá extraño», dijo el hombre de la gasolinera, «pero prefiero llenar el depósito a dos coches de forasteros que a uno de alguien del pueblo». Guardarropa miró hacia la pequeña población y le contestó: «Sé perfectamente a lo que se refiere». ¿Por qué pensaba así el hombre de la gasolinera?

Vamos, que es facilito 🙂