Archivo de la categoría: Chupao

341. La llamada de rescate

Mentiro Sillo colgó el auricular y salió de la cabina. En ese momento, el detective Guardarropa llegó en automóvil y le interceptó el paso; salió del vehículo y le preguntó a quién acababa de llamar. Mentiro le dijo que a nadie: «iba a hacerlo, pero me di cuenta de que no tenía monedas y, cuando he salido para ir a buscarlas, ha llegado usted». Guardarropa lo miró y dijo: «Acabamos de recibir una llamada de rescate desde esta cabina». Mentiro agregó: «Al llegar he visto a un hombre bastante alto, pero, como iba en traje de baño y se dirigía a la playa, no me he fijado en él.» ¿Cómo podríamos saber si Mentiro Sillo miente o dice la verdad?

336. El descapotable accidentado…

El detective Guardarropa vio cómo el descapotable perdía el control y chocaba contra la valla protectora. El conductor salió despedido y fue a parar al fondo de un barranco. Guardarropa bajó hasta allí. El conductor ensangrentado estaba muerto y, a unos 10 metros, el coche yacía sobre un costado. Al examinar el vehículo, se dio cuenta de varios detalles: faltaba la hebilla del cinturón de seguridad del conductor y el asiento estaba cubierto de sangre; además, uno de los neumáticos estaba agujereado por un gran clavo. El detective quedó convencido de que el conductor no murió en el accidente, sino que ya estaba muerto cuando el coché se despeñó. ¿Cómo lo supo?

305. El tractor de Agri Cultor

Agri Cultor había cargado el remolque de su tractor con una gran cantidad de leña para llevarla al cobertizo. Cuando pasaba bajo un túnel, el remolque iba tan cargado que se encalló. Por mucho que lo intentaba, no había manera de retroceder ni avanzar; al contrario, cada vez era más difícil moverlo. Afortunadamente, pasó por allí el profesor Listillo, que le indicó cómo salir del atolladero. ¿Qué le aconsejó?

303. El conejo y las lechugas

Un conejo hambriento llegó a una huerta de lechugas completamente vallada. El problema era que, si entraba por uno de los agujeros de la valla y se comía unas cuantas lechugas, luego estaría tan gordo que no podría salir. Además, las lechugas eran demasiado grandes como para sacarlas por los agujeros y comérselas fuera. ¿Qué harías si fueras un conejo hambriento ante un inaccesible huerto de lechugas?