Archivo de la categoría: Asequible

290. El asesinato del anciano

El señor Antigüez, un anciano de Reponítica, vivía en una pequeña casa de campo cerca de la ciudad. Puesto que estaba parcialmente discapacitado, le llevaban a casa todo lo que necesitaba. Un jueves, el cartero fue a entregarle el cheque certificado de su pensión y se dio cuenta de que la puerta estaba entornada. Al abrirla, encontró a Antigüez muerto en medio de un charco de sangre seca. Cuando el detective Guardarropa llego, examinó atentamente el escenario del crimen. En el dintel había dos botellas de leche parcialmente vacías, el diario del lunes anterior, un catálogo de una tienda local y algo de correo sin abrir esparcido por el suelo cerca de la puerta. La autopsia confirmó que Antigüez llevaba varios días muerto. ¿Quién pensó Guardarropa que era el culpable?

284. El puente de 10.000 kg

Imagínate un puente de dos kilómetros de largo y una resistencia suficiente para sostener justo diez mil kilos de peso, pero ni un gramo de más. Un camión de gran tonelaje, que pesa en total exactamente diez mil kilos, entra en el puente. En su punto central, un gorrión que pesa 25 gramos se posa sobre el camión y, sin embargo, el puente no se derrumba. ¿Cómo es posible?

283. El desayuno de los ladrones

Una calurosa tarde de verano, Staff Ador y Mentiro Sillo robaron la recaudación del Banco de Reponítica. Como sabían que la policía les pisaba los talones, decidieron repartirse el botín y tirar cada uno por su lado. Staff se dirigió hacia las montañas del oeste mientras que Mentiro se fue a la costa este. A la mañana siguiente, ambos decidieron desayunar lo mismo: hirvieron agua y tomaron huevos duros. ¿Cuál de los dos tuvo antes preparado su desayuno?

279. El reloj de Empa Nado

Empa Nado tiene un reloj de pared que suena a las horas y a las medias. El reloj da una campanada cada media hora, también da una campanada a la una, dos a dos, tres a las tres, etc. Una vez, Nado llegó a su casa y, al entrar, oyó una campanada, media hora más tarde, oyó otra campanada, al cabo de media hora, una campanada más y, por último, otra campanada transcurrida media hora. Sabiendo que el reloj funciona perfectamente, ¿qué hora era después de esta última campanada?

274. El cuñado de Staff

«Staff, tengo que darte una mala noticia», dijo el detective Guardarropa, «tu cuñado ha muerto y todo me hace suponer que se trata de un asesinato». «La verdad es que no me sorprende», le contestó Ador, «Ladr’on Zuelo tenía montones de enemigos. Los maridos de mis hermanas estaban peleados con él, a causa de un negocio que fue muy mal; un amigo de mi hermano le prestó dinero y no se lo quiso devolver, e incluso el hermano de mi mujer, que acaba de salir de la cárcel, dijo que Zuelo le había traicionado y que se vengaría en cuanto pudiese…» Mientras Staff Ador seguía alargando la lista de enemigos de Ladr’on Zuelo, el detective sacó las esposas y lo arrestó. ¿Por qué?

270. Asesinato en casa…

Staff Ador fue a buscar al detective Guardarropa. «Venga enseguida», le dijo, «mi mujer ha sido asesinada». La señora Ador yacía en el suelo, con el cuchillo clavado en la espalda. Se percibía el olor de una vela, acabada de apagar. Cerca de ella había un pequeño charco de agua y una botella rota. Como siempre a esa hora, se levantaba una ligera brisa. Guardarropa fue a cerrar la ventana. Cuando se giró para ver la escena desde otro ángulo, vio la cera derretida la vela. Staff dijo que oyó un grito y que, al entrar en la habitación, la encontró muerta. No tocó nada y fue enseguida a buscar al detective. «Está mintiendo», le dijo Guardarropa. ¿Por qué?

268. Acusado de asesinato

El detective Guardarropa pulsó el interruptor de la luz de la habitación, que estaba a oscuras. La lámpara de la cabecera de la cama se encendió e iluminó una Biblia abierta sobre la colcha. El detective se sentó en una de las camas y Staff Ador hizo lo mismo. «Cuénteme toda la historia otra vez», dijo Guardarropa. «Estaba en la cama, leyendo, cuando oí dos tiros. Corrí hacia la puerta, la abrí y vi a una mujer que corría hacia la salida. Tenía una pistola en la mano y llevaba la cara tapada. Fui hacia la habitación de Pedrito, pero le encontré en el suelo, boca abajo. Cuando le di la vuelta, entró el inspector del hotel y me acusó de asesinato». «Según lo que cuenta, yo también voy a hacerlo», le respondió Guardarropa. ¿Por qué?